LA MUNICIPALIDAD DE RIVADAVIA HOMENAJEÓ A LA FAMILIA RURAL
El Intendente Miguel Ángel Ronco junto al Presidente del Honorable Concejo Deliberante de Rivadavia Mauricio Di Césare, el Secretario de Gobierno Dr. Hernán Amat, ediles y funcionarios del gabinete municipal, rindieron un significativo homenaje a la Familia Rural.
El acto de reconocimiento se llevó a cabo en el “Monumento a la Familia Rural” ubicado en el Paseo del Lago y declarado de Interés Cultural. El Jefe comunal entregó réplicas del monumento como presente de agradecimiento a las personalidades de la comunidad rural por el gran aporte realizado a nuestro departamento, siendo protagonistas de su desarrollo.
Los propuestos para ser homenajeados a consideración del Poder Ejecutivo y Legislativo fueron las siguientes personas:
Ángel Juan Gargantini (Ciudad): “Juancito Gargantini”, como todos lo conocen, nació el 14 de noviembre de 1928 en Rivadavia. Cursó parte de la escuela primaria en la Escuela Nacional Nº 90 de Los Campamentos. Inició cuarto grado en la Escuela Normal de la ciudad de Rivadavia y continuó su secundario en la Escuela Normal Nacional de Orientación Rural, donde se recibe de Maestro de Grado a los 19 años. En 1960 se casó con Clorinda Candia, tuvo tres hijos y ahora tiene seis nietos. Debido a su trabajo en la Bodega, Juan no logró iniciar sus estudios universitarios, comenzando de pesador durante la cosecha en suplencia de un empleado. Desde ese momento nunca abandonó la firma, trabajando en Contaduría, luego en Expedición con el envasado de vino. Más tarde lo llamaron a Tesorería y, luego de unos años, Jefe de Personal y Tesorero. Su ascenso continuó hasta ser Subgerente y apoderado. También se desempeñó como Vicepresidente del Centro de viñateros y bodegueros del Este durante 19 años pregonando por los derechos de los trabajadores. Logró mediante sus gestiones, acuerdos con el Instituto Provincial de la Vivienda para la construcción de dos barrios para empleados de la bodega: estos fueron el Barrio Rivadavia con 147 viviendas construidas y el Barrio La Florida con 257 viviendas. Cuando quiebra la empresa, comienza a trabajar de panadero y vendedor de diarios. Luego en la empresa SADE, y años después en la Cooperativa “Pámpanos Mendocinos” de La Libertad. Su última labor fue como Interventor de la Subdelegación Río Tunuyán inferior del Departamento General de Irrigación.
Gloria Bartolina Grando (La Libertad): Nacida en noviembre de 1931 y ávida concurrente al Club Social y Deportivo La Libertad, se inició como cosechadora a la edad de quince años. En 1959 quedaría efectiva en la Bodega Gargantini llevando adelante tareas de embotellamiento y etiquetado, entre otras, formando parte de la empresa durante 26 años. Hoy reside en una finca de sucesión de Pablo Antonio Grando en La Libertad, realizando tareas hogareñas.
Carlos Roque Di Césare (Ciudad): Quedando huérfano a la temprana edad de dos años, vivió solo con su madre y su hermana. Tras finalizar sus estudios primarios, decidió continuar con la tradición familiar heredada de su abuelo Lucio y de su padre, haciéndose cargo de las tareas de la finca de la familia hasta la actualidad. Al cumplir 18 años, debió cumplir con el servicio militar, una vez finalizado fue convocado para viajar en “Fragata escuela ARA LIBERTAD” y continuar su carrera en la Armada Argentina, desestimándola para volver a Rivadavia y continuar con sus labores en la finca familiar. El “Cholo” adquirió entonces un tractor Deutz A 40, el cual conserva hasta el día de la fecha en estado de colección, siendo la única persona que lo ha utilizado.
Carlos Morales (Los Campamentos): Oriundo de San Rafael y abanderado en la escuela primaria, arribó a Rivadavia en 1961 a los 11 años y se dedicó al arado de la tierra. Fue obrero de diversos patrones y contratista, trabajando con reconocidas familias. En el año 2005 logró comprar su propia casa, se casó con Susana Sosa, y tuvieron dos hijos: Alejandro y Romina. Hoy en calidad de jubilado, Carlos disfruta de la compañía de sus dos nietas, Candela y Fiorella. Conocido y recordado por numerosos vecinos del Barrio Tittarelli, expresa su respeto y orgullo a las raíces del trabajo rural.
Juan Amar (Los Campamentos): A sus 63 años, Juan recorre varios kilómetros cada mañana hasta llegar a su trabajo, donde entre estacones, acequias y callejones, disfruta ver crecer cada brote de las vides. Padre de cinco hijos, recuerda con aprecio su época de niñez, terminado su educación primaria en la Escuela Miguel Escorihuela Gascón de Andrade hace ya cincuenta años. Dedicado al trabajo a lo largo de su vida y sin rendirse, hoy Juan disfruta de sus seis nietos con alegría y tranquilidad.
Juan Ramón Manuccia (La Reducción): Nacido el 24 de agosto del año 1959, “Don Manuccia” comenzó a trabajar en la vid junto a su padre, Don Antonio Manuccia, quien adquirió un viñedo en la calle Albardón de La Reducción con su esposa María Spano. Desde ese momento, transitó su niñez y adolescencia realizando tareas rurales en la zona. Casado a la temprana edad de 19 años con Marisol Cañas con quien tuvo dos mellizos, Walter y Ariel, quedando viudos a la temprana edad de siete años. Trabajó incansablemente para criar y educar a sus hijos. En 1997 se pone en pareja con Doña Mirta Nora Garay, con quien comparte su vida actualmente.
Desde 2009, lleva adelante un emprendimiento familiar elaborando su propio vino casero artesanal, aprobado por el INV, y comercializándolo con la marca de “Viejo Reducción”, continuando también tareas del día o al destajo en distintas fincas de la zona.
Segundo Gerardo Echenique (El Mirador): Nacido en Casuarinas, provincia de San Juan el 25 de octubre de 1938, “Dardo” comenzó a trabajar a muy temprana edad en diversas fincas de esa provincia. Contrajo matrimonio con María Azucena Córdoba, con quien tuvo 8 hijos (dos de ellos lamentablemente fallecidos en la actualidad). Debido al cierre de empresas vitivinícolas y las inmensas pérdidas que dejó el terremoto, en 1980 Dardo junto a su familia decidieron viajar a probar suerte a nuestra provincia, especialmente en el Departamento de Rivadavia, desempeñándose como contratista en la finca Greco. Durante años trabajó en diversas fincas de Rivadavia, especialmente en La Central y El Mirador hasta jubilarse, para luego retomar su trabajo, esta vez de cuadrillero, realizando la cosecha de vid. Durante toda su vida se dedicó a trabajar como obrero rural (podando, desorillando, desbrotando, atando, etc.), siempre dedicado a la crianza y la educación de sus hijos. Actualmente a la edad de 82 años, Dardo se encarga de transmitir los valores de esfuerzo, trabajo y responsabilidad a sus 21 nietos y 5 bisnietos.
Pedro Alberto Muñoz (Medrano): En 1957 nace en un pueblo llamado Del Molle en San Luis. Con sólo nueve meses de vida su padre decide emprender viaje a tierras mendocinas junto a sus 5 hermanos, donde se instala en la Finca Pucciarelli para trabajar de agricultor, de esta forma aprende el oficio desde pequeño. En el año 1986 ingresa a trabajar en una empresa petrolera, tiempo en que conoce a su esposa Elena, y un después nacería su primer hijo Leonardo. Don Pedro renunciaría luego para nuevamente trabajar en los viñedos, desempeñándose en diversas fincas: Calili-Daminato, Viciana, Finca de Fernández en la localidad de Rodríguez Peña, y a partir del 2000 en la finca Don Lalo Blanco, y con sacrificio y esfuerzo fue construyendo su casa propia, en la que crecerían sus tres hijos menores: Pamela, Belén y Franco. A sus 63 años “el mejor catador de vinos” como lo llama su familia, sigue cultivando la viña con vocación.
Juan Antonio Ramos (Santa María de Oro): Nació el 26 de noviembre de 1941 en el departamento de San Martín. En 1969 junto a su esposa Rosa Iris Rubio compran 2 hectáreas y media ubicadas en Santa María de Oro. Cuatro años después nace su primer y único hijo Alejandro Omar Ramos, con quien llevaría adelante la finca. Cabe destacar que a los 79 años, Juan Ramos continúa labrando la tierra junto a su hijo, ambos siguen apostando a la vitivinicultura con amor, esfuerzo, responsabilidad y esperanza; reconocido por su buen carisma y predisposición con quienes lo conocen.
Benito Ramón Ottonello (Los Árboles): Oriundo de Córdoba, a los once años arriba junto a su padre a realizar la cosecha de una finca en Ing. Giagnoni, instalándose en esa localidad luego de trabajar en diversas fincas. En el año 1964 se casa con Catalina Morales a la edad de 27 años, con quien tendría tres hijos: Susana, Marcelo y Jorge. Actualmente cumplen 56 años de casados. Se instalaron en Rivadavia dedicándose junto a su esposa a la agricultura en su finca ubicada en Calle Rio Bamba de Los Árboles. En la actualidad tiene 84 años y disfruta de sus nietos Rocío, Marcos, Verónica, Adriana, Paulo, Danisa y Gabriel.
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