La obra incluye en total la construcción de 20 puentes -10 por cada sentido de circulación- a lo largo de los 36 km de extensión. El plan es que esté concluida a mediados del año próximo
Más de 5 millones de metros cúbicos de áridos, similar a la cantidad que se desplazaron para hacer el embalse de Potrerillos. Un total de 20 puentes, en pares ubicados en cada cruce de carreteras, vías ferroviarias y sobre el Río Mendoza. Casi 500 obreros, la mayoría mendocinos, trabajando en la obra. Más de 70.000 usuarios beneficiados por el corredor. Un total de 36,5 kilómetros de autopista. Un presupuesto nacional que ronda los $6.000 millones. Esos son los números de la obra Variante Palmira-Agrelo, la o bra pública más grande en ejecución en Mendoza, que tiene un avance del 48% y se espera concluir a mediados de 2022.
Aún durante la pandemia “la obra nunca se paralizó”, dijo José Alejandro Platero, el ingeniero civil responsable de la supervisión de la obra, de Vialidad Nacional. “En marzo, cuando comenzó la cuarentena, estuvimos unos 15 días acomodando todos los protocolos, pero luego los trabajos siguieron a su ritmo normal, acomodándonos todos a esa nueva cotidianeidad”, indicó.
Diario UNO recorrió gran parte del trazado, que atraviesa los departamentos de Maipú y Luján durante los 36,5 kilómetros de la nueva autopista, que tiene como primer objetivo encausar por allí el tránsito de camiones que vienen de Brasil, Paraguay y el norte o este de Argentina y van hacia los puertos de Chile, evitando así que tengan que ingresar al Gran Mendoza.
En estas semanas ya se está colocando la primera capa asfáltica en algunos tramos de las dos vías, mientras se continúa con los trabajos en otros frentes, entre ellos sobre algunos de los 20 puentes que, por pares, cruzan rutas, vías férreas y el río Mendoza.
La empresa Cartellone, ejecutora de la obra, ya ha completado varios de estos puentes y está avanzando en otros.
De noreste a sudoeste, el primer par de puentes está sobre la Ruta 7, el más visible en este momento para los automovilistas que van y vienen desde Mendoza hacia La Paz. Allí estará el gran rulo que conectará ambas autopistas y que estará entre la calle Lamadrid y el río Mendoza, todo sobre territorio de San Roque, Maipú, ya que, si bien históricamente la obra fue definida como “Variante Palmira”, no está sobre terreno jarillero, solo en su frontera.
El siguiente cruce, son los dos puentes que atraviesan la Ruta Provincial 50 e, inmediatamente, los que cruzan por sobre las vías del ferrocarril.
Luego vienen los de la Ruta Provincial 60 y, más adelante, el que cruza el Río Mendoza. Estos son el par de puentes más grandes, con 275 metros de extensión, que cruzan todo el cauce. Después, sobre la Ruta 14, el yacimiento de Barrancas de YPF, la Ruta 40, el que está sobre otra vía férrea y el de Ruta 15, este último aún en proceso.
Los puentes que fueron construidos cercanos al cauce del río, tienen columnas enterradas a 15 metros de profundidad, que le dan una solidez absoluta, mientras que el resto tiene fundaciones directas, más convencional.
Además la autopista es cruzada, por debajo, por 5 vías que permiten no dejar aislados a los pobladores y que evitan que, para cruzarla , deban acceder a ella. Estos son los que están en el Carril Viejo (la primera ruta histórica que unía el Este del país con Mendoza utilizada, entre tantos, por el general José de San Martín); el cruce de Isla Chica; el del parque Chachingo, el de finca Del Inca y el de un callejón que corre paralelo a un canal de riego.
En el diseño de la obra “se ha tenido muy presente las necesidades de la gente de la zona”, contó el supervisor de la obra, quien remarcó, como ejemplo, lo realizado en la Escuela 1-414 Antonio Luis Berutti, de Barrancas, que está a la vera de la nueva autopista. Allí se realizó una dársena de espera, un cierre perimetral completo y la forestación del contorno, con 900 retoños de árboles que ofrezcan sombra al establecimiento, para los que se colocó un sistema de riego por goteo.
El ingeniero José Alejandro Platero, un profesional joven oriundo de Monte Comán, resaltó que de los 500 obreros que trabajan en la obra “casi la totalidad son mendocinos”, salvo casos muy puntales.
En la Variante se trabaja día y noche. En las horas nocturnas se realizan movimientos de áridos y, en algunos casos puntales, trabajo de hormigonado, mientras que durante la luz del día las tareas son múltiples y se avanza a un ritmo intenso.
Para dar una idea de la dimensión de la obra, Platero contó que, en movimiento de áridos para realizar los terraplenes, se han desplazado “5 millones de metros cúbicos de material. Una cantidad similar al que se utilizó para construir el embalse de Potrerillos, obra que ejecutó la misma empresa Cartellone. E Pfaab///Uno
Comments are closed.