Advierten que parte del suministro eléctrico rural podría fallar 

zonas rurales de Mendoza están poniendo en peligro el suministro eléctrico en áreas productivas.

El servicio eléctrico de las zonas rurales, principalmente en áreas de Mendoza y algunas de Santa Fe, corren el peligro de discontinuarse. Es debido al raid delictivo del que son botín cables y transformadores en zonas de producción agropecuaria.

La denuncia provino de la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas, FACE, desde donde levantaron la señal de alerta por los hechos que se han multiplicado en tiempos de pandemia por el coronavirus.

José Álvarez, titular de FACE y de la Cooperativa de Electrificación Rural Alto Verde y Algarrobo Grande Ltda. de Mendoza, informó que “los robos de cables y transformadores han crecido muchísimo en 2020. Mientras en los últimos cinco años sufrimos el robo de un transformador por año. En lo que va de este año ya hemos registrado 25, solamente en la Zona Este de Mendoza”.

Según el presidente de la federación nacional, “también estamos teniendo denuncias sobre el mismo tópico en Santa Fe y ahora estamos investigando si lo mismo está sucediendo en provincias como Buenos Aires y en Córdoba”.

Por ese motivo, este martes el dirigente mantuvo reuniones con parte de la cúpula policial con jurisdicción en las zonas de Mendoza donde se están registrando los robos: “Hemos analizado que los materiales robados no están saliendo de Mendoza. Mucho menos de la zona Este provincial. Por los controles que hay para salir de la provincia cuyana. Y nos llama mucho la atención que tampoco se han detectado robos similares en el Sur mendocino”. 

Este último motivo lo hace sospechar a Álvarez que en el Este de Mendoza estaría operando una banda especializada en esos tipos de hechos: “No hay salida de la zona por la pandemia. El negocio está acá. Hacen inteligencia porque no suceden en los barrios rurales. Se producen en lugares alejados donde pueden actuar al amparo de la soledad”, refirió.

“Estamos pensando que al cobre lo utilizan para fabricar sulfato de cobre”, un agroquímico muy usado en la vitivinicultura debido a que es considerado casi ecológico y tiene un buen mercado en Mendoza. “El valor de un transformador ronda los 400 mil pesos o más y acá lo venden a unos 100 mil. Un monto más que interesante para los ladrones que lo ganan en una sola noche de trabajo”, indicó.

Actualmente la electrificación no solamente utiliza cables de cobre. El servicio se está reconvirtiendo,  de a poco, con el uso de cables preensamblados de aluminio: “Los cables que no son de cobre usualmente los venden a particulares. Por ejemplo, en un loteo donde tienen que invertir cerca de un millón de pesos y lo pueden adquirir por la mitad de precio o menos”, calculó. Y agregó: “También en fincas donde deberían colocar una línea para un pozo de agua. Por eso es muy importante que la gente colabore para evitar que el sistema se resienta con la velocidad que estamos observando”.

Cooperativas eléctricas rurales en riesgo

Según Álvarez, el crecimiento de los delitos “está poniendo en riesgo la continuidad de algunas cooperativas eléctricas que podrían entrar en un proceso de quiebra. Si esto sigue así estamos ante la posibilidad de que en algunas zonas  se queden sin suministro eléctrico. Porque todos los materiales están dolarizados y es muy difícil para algunas reponerlos”.

“Esto se está poniendo feo”, lanzó luego de la reunión mantenida con el subcomisario Aníbal Carabajal de la distrital zona Este de Mendoza.

En Argentina operan unas 600 cooperativas eléctricas. En Mendoza 8, incluyendo la de Godoy Cruz “donde no hemos advertido estos inconvenientes porque están en áreas urbanas. El problema está en las zonas productivas y en Mendoza solamente en la Zona Este”, remarcó.

“Actualmente tenemos en funcionamiento unos 1.700 transformadores de los cuales unos 300 están en los distritos. El resto en las zonas alejadas como en fincas para pozos”, señaló.

La importancia del sistema

La generación de las cooperativas eléctricas en Argentina ha sido muy importante “porque llegó y llega a los lugares donde no representan un negocio para los prestadores del servicio masivo. Hemos vencido al desierto por la voluntad de la gente que se organizó en algún momento. Hoy, gracias a eso tenemos importantes emprendimientos industriales como los vitivinícolas que dependen del sistema”.

“Me gustaría que la gente se involucre más y colabore contra el robo de transformadores y cables. Y deben entender que si no nos comprometemos, las cooperativas rurales corren el riesgo de desaparecer. El sistema está sostenido por los mismos usuarios. Necesitamos que la policía se involucre”, reflexionó.

N:C Fernández Gimenez